Los nombres de las notas y su traducción En-Es
¿Cómo estás? En esta ocasión he preparado una entrada que creo que vas a disfrutar bastante. Te confieso que en mis tiempos de estudiante en academias informales de música mi maestro en ese entonces me dijo que no era correcto llamarle por las letras a las notas, pues las letras eran para referencia en inglés, no en español. Me causó mucha curiosidad en ese entonces el dato. Lo recordé bastante de camino a Australia, cuando llevaba en mi mochila un diccionario en inglés de términos musicales para comparar los que ya sabía en español y así tener menos problemas con la terminología al principio de mi curso.
Decidí tomar esa idea
para prepararte esta entrada que habla de como traducir correctamente las notas
musicales. Siguiendo mi filosofía de entender las cosas por vía de saber de
donde vienen, te expondré un poco de historia musical. Comencemos.
La escala musical de 7
notas es muy antigua. Según el historiador Willi Apel, quien primero describió
las notas con letras del alfabeto latino fue el filósofo Boecio. Y se utilizó
para darle significado a las notas que la gente con un registro de dos octavas utilizaba
en aquel entonces. Pero en ese tiempo las letras eran:
A-B-C-D-E-F-G-H-I-K-L-M-N-O. Notarás que no tiene la “J”. Bueno, pues no error
de dedo. Esa letra en ese tiempo todavía no existía.
En ese entonces el orden
de las notas, como era obvio, iniciaba en A, pues Boecio no estaba pensando en
términos de la escala mayor o menor como lo hacemos hoy en día. Mas bien estaba
tratando de representar cada unidad de sonido en su respectiva altura con todo
su rango de notas posibles. Así que intuitivamente, A fue el primero de estos
valores para representar la nota inicial.
En la actualidad, utilizamos
esa misma letra para representar notas de igual frecuencia que estén a diferente
altura en el pentagrama, pero en ese tiempo, cuando se descubrió que se puede pasar
de la segunda octava, se necesitó suprimir algunas letras e iniciar a repetir a
partir de que se llegaba a la letra G. Así mismo, se empezó a darle a las notas
una forma de distinguirlas en referencia a su altura. Así, se tenía la práctica
de poner minúsculas y dobles letras (a, b, c, aa, bb, cc, etc.).
Gradualmente, las 5 notas
restantes de la escala que conocemos hoy en día fueron añadidas.
Ahora bien, en el siglo
VIII, aparece en la historia un personaje de nombre Guido Di Arezzo. Él se dio
cuenta de que los cantos gregorianos populares de la época se podían aprender
de manera más fácil y útil utilizando la técnica de solmisación. Los
cantantes no tendrían tanto problema recordando música si pudieran asociar las
notas con el sonido apropiado. La escala moderna ya existía, así que empezó
desde C y se le asignó una sílaba a cada nota. Posteriormente,
Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si se volvió la base de su sistema de solfeo. El término
derivó de lo nombres de dos de las notas: Fa y Sol.
Pero originalmente Guido
escribió la palabra “Ut” en vez de “Do”. Simplemente se les hizo más fácil de
vocalizar la sílaba “do” que “ut”. Estas sílabas salieron directamente del
primer verso de un himno gregoriano llamado “Ut queant laxis”. El texto de
este primer verso es:
Ahora bien, el dilema de
la traducción de estos términos es muy simple. En prácticamente todos (si no es
que en todos) los países de habla hispana utilizamos el sistema de solfeo de
Guido para representar las notas. En los sistemas de habla inglesa, se utiliza
el viejo sistema de letras así que la traducción de las notas es la que sigue:
C=Do D=Re E=Mi F=Fa G=Sol
A=La B=Si
Todavía no llegamos a la
representación de esas 5 notas que faltan para completar la serie de notas de
Do a Do en la siguiente altura. Pero eso lo dejaremos para otra entrada. Por
ahora, espero que te sea útil esta información. ¡Felices traducciones!
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